español - BUSCAS CRITICO ?

No buscamos a un crítico de arte, en verdad buscamos muchos críticos.

Exactamente veintitrés.

El número se ha elegido solo.

Un crítico colectivo.

Un colectivo de críticos.

Más allá de la autoridad y habilidad, o menos, de un crítico profesional, el verdadero crítico es el espectador, el usuario de las emociones inducidas, el que observa la obra y registra el hechizo o el desengaño, el gusto o el asco.

El sentido que nos ha llevado a la realización de las obras, el instante creativo y la circunstancia de la concepción artística, poco importan.

Este blog sirva a todo aquellos entre vosotros que quieren escribir, ver, juzgar, pero sobre todo escribir.

Escribir juicios.
Escupir sentencias.
Exaltar o tronchar.
El verdadero poder.


Dos rayas o largas páginas interesantes.

Elegís un cuadro y desahogáis sobre de ello vuestra contrariedad o bien le participadas vuestra consideración.

Pónedvos preguntas y provistas contestadas os.

Secciónalo con las palabras o lo reagrupadas con hilos conceptuales. Sonsácadle los sentidos más escondidos o te inventas de ello de nuevos.

Héridlo con armas dialécticas o cúralo con vuestra viveza lingüística.

No vos improviséis críticos, sea en serio él.

Seáis uno de los veintitrés crítico.
Buenos o malos.

Escribís para hacervos leer.

Y luego firmáis, con nombres verdaderos o con nombres falsos, con citas o con juegos de palabras.
Vuestro escrito será publicado en nuestros correspondientes catálogos y será utilizado el nombre con el que habréis firmado, verdadero o falso (apostando aquí vuestro pensamiento provisto automática aceptación a la eventual publicación, de que daremos noticia sobre este blog).

Y nos vos agradecemos por adelantado.

¿Os podremos agradecer nunca bastante?

Rossorame y GuidoTasselli
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1 commento:

Anonimo ha detto...

Sus obras son investigaciones volubles, que recorren hábilmente cuerpos inconscientes y predestinados.
Os captan oníricas sugestiones interferidas por la realidad y no viceversa, con una tenaz voluntad de revelar, y al mismo tiempo salvaguardar, la lúdica contradicción intrínseca, como indicio unívoco del análisis mismo, que se derrite, casi con contrariedad, en autonomía interpretativa.
Como siempre, ellas no producen respuestas sino ulteriores preguntas, que florecen empáticas delante del atractivo de desnudez no solista exteriores, de sombras explicativas, de aberturas íntimas y desmedidas, por los que es posible intuir de ello el inquieto universo encerrado.